viernes, 28 de agosto de 2009

Gracia 2parte


Cont. ———————

GRACIA Palabra que encierra varios significados relacionados con las ideas de favor, benevolencia, agradecimiento y beneficio. El término griego es caris, de donde "carismático" quiere decir un don otorgado por pura benevolencia. Las palabras hebreas que más se acercan al concepto de caris en el AT son hen (o chen), hesed (o chesed) y ratsón.

Hen da la connotación de ser acepto sin tener merecimiento y por pura benevolencia del que acepta. Así, en medio de una generación pervertida, "Noé halló
g.
ante los ojos de Jehová" (Gn. 6:8). La expresión se ve en las palabras de Moisés: "Ahora, pues, si he hallado
g.
en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca, y halle
g.
en tus ojos" (Éx. 33:13). La idea que este término transmite es de una superación de la distancia entre aquel que es poderoso y aquel que es débil, y de que la iniciativa parte del primero.

Hesed generalmente se traduce como misericordia, en porciones como Gn. 39:21 ("Pero Jehová estaba con José, y le extendió su misericordia..."). En otras porciones, aunque no se utilizan estos términos hebreos, la idea está presente. Como cuando Dios dice en Oseas: "Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura
g." NBE lo traduce así: "... los querré sin que lo merezcan".

Ratsón se utiliza para señalar aceptación o buena voluntad, como en Is. 60:10 ("... porque en mi ira te castigué, mas en mi buena voluntad tendré de ti misericordia"). Es la misma idea que se presenta en Lc. 2:14, cuando los ángeles cantan: "¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!"

Conviene señalar que la palabra caris expresa varias ideas distintas en la cultura griega. Según el contexto: a) habla de la actitud de un hombre o de un dios para inclinarse a actuar benevolentemente; b) señala también al favor mismo que esa actitud concede; c) apunta hacia la belleza que se produce en el donante como consecuencia de ambas cosas. (Hay que recordar que la palabra griega está relacionada en sus orígenes con los personajes mitológicos llamados las Gracias, que eran las que se suponía otorgaban las gracias o el garbo.) d) Se usa también para indicar la gratitud por el don recibido. e) En términos ético-jurídicos, los griegos usaban la palabra, además, para significar condonación de una deuda, o que se le perdona la vida a alguien.

Caris aparece unas ciento treinta y seis veces en el NT, de las cuales unas ciento cinco están en las epístolas de Pablo. El apóstol usa el término para expresar el concepto de la acción decisiva que Dios realizó al buscar la salvación del hombre por medio de la encarnación y muerte de su Hijo. Este concepto lo contrapone al del intento humano de buscar la salvación por medio de las obras de la ley. Al hacer esto va poniendo un frente a los otros dos grupos antitéticos de ideas. Por un lado, la g. de Dios, el don, la justicia de Dios, la fe, la sobreabundancia, el evangelio, la elección, etcétera. Y por el otro, la ley, la idea de recompensa, el pecado, las obras, la justificación propia, la jactancia, la sabiduría carnal, y cosas similares. El resultado final siempre apunta a enfatizar que la salvación es obra de Dios y que la iniciativa no puede surgir del hombre muerto en sus delitos y pecados (Ro. 3:24; 4:4–16; 5:1–21; 6:1–17; 11:5–6; 2 Co. 4:15; 6:1; 8:1; Gá. 1:6; 2:21; 5:4; Ef. 1:6–7; 2:5–9; Col. 1:6; 2 Ts. 2:16; 1 Ti. 1:14; Tit. 2:11).

Esa contraposición de la ley y la g. no es solamente del apóstol Pablo, sino de todo el NT. Juan la introduce al principio de su Evangelio ("Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la
g.
y la verdad vinieron por medio de Jesucristo" [Jn. 1:17]). Así se discutió en el •Concilio de Jerusalén, donde Pedro dijo: "¿Por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? Antes creemos que por la
g.
del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos" (Hch. 15:10–11). El uso principal del término g. está relacionado, entonces, con la soteriología, con la doctrina de la salvación. Y Pablo lo enseña indicando que sale de la voluntad soberana de Dios como un regalo, un don inmerecido para el hombre, que lo recibe por fe. Es con ese sentido como utiliza las frases "g.
de Dios",
"g.
en Cristo" o "g.
de nuestro Señor Jesucristo". En el NT el Señor Jesús mismo es la g. de Dios personificada "Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de g.
y de verdad" [Jn. 1:14]), pues por medio de él Dios logra para el hombre la posibilidad de salvación. Este aspecto es esencial en el mensaje del NT.

También usa el NT la palabra g. para indicar un don de Dios mediante el cual habilita a una persona para actuar por encima de sus condiciones y circunstancias naturales. Así, aunque la condición sea de flaqueza, Dios capacita al creyente para sobreponerse a ella y aun hacer cosas que no se supone que pueden salir de un origen débil. El apóstol Pablo confesaba que tenía "un aguijón" en su carne y que había pedido a Dios que se lo quitara, pero recibió la respuesta: "Bástate mi
g;
porque mi poder se perfecciona en la debilidad" (2 Co. 12:9).


Lockward, A. (2003). Nuevo diccionario de la Biblia. Miami: Editorial Unilit.

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